Un estudio de adolescentes ha revelado interacciones significativas entre la duración del sueño, el uso de las redes sociales y la actividad cerebral en las regiones frontolímbicas cruciales para el control ejecutivo y el procesamiento de recompensas.
En particular, el análisis de los datos de las y los participantes en el estudio Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD) reveló que una duración más corta del sueño se correlacionaba fuertemente con un mayor uso de las redes sociales y alteraciones en la actividad cerebral.
“A medida que los cerebros jóvenes experimentan cambios significativos, nuestros hallazgos sugieren que la falta de sueño y una alta participación en las redes sociales podrían alterar potencialmente la sensibilidad de la recompensa neuronal”, dijo Orsolya Kiss, Ph. D., científica investigadora del SRI International en el Center for Health Sciences, en Menlo Park, Estados Unidos.
“Comprender estos factores es esencial para evaluar el impacto de las redes sociales en la salud y el bienestar de los adolescentes, lo que marca un importante paso adelante en nuestro enfoque hacia la salud digital y el desarrollo de los adolescentes”, dijo Kiss a Medscape Noticias Médicas.
Los hallazgos se presentaron el 2 de junio en el Congreso Anual de las Associated Professional Sleep Societies: SLEEP 2024.
Interacciones entre el cerebro y el comportamiento
En Estados Unidos, 45% de las y los adolescentes está en línea casi constantemente. Debido a que las redes neuronales de emoción y recompensa maduran antes que las redes de control inhibitorio y función ejecutiva, los y las adolescentes más jóvenes corren un riesgo particularmente alto de sufrir problemas de salud mental y de sueño.
Aunque dormir lo suficiente es esencial para el desarrollo del cerebro y la regulación de las emociones, el uso intensivo de pantallas puede reemplazar el sueño y las actividades que mejoran las capacidades cognitivas.
Las investigadoras e investigadores analizaron datos de 1.982 adolescentes (edad promedio, 12 años; 50% niñas) que participaron en el estudio Adolescent Brain Cognitive Development.
La duración del sueño se evaluó mediante el Munich Chronotype Questionnaire y el uso recreativo de las redes sociales se evaluó mediante la Youth Screen Time Survey.
Se utilizaron exploraciones de imágenes por resonancia magnética funcional para analizar la actividad neuronal durante la tarea de retraso del incentivo monetario, diseñadas para provocar respuestas en regiones del cerebro asociadas con el procesamiento de recompensa. Los resultados se ajustaron por edad, momento de la pandemia de COVID-19 y características sociodemográficas.
Fuente: Medscape