El Papa Francisco, el primer Sumo Pontífice latinoamericano, dejó el mundo terrenal tras semanas de incertidumbre y hermetismo sobre su estado de salud, algo que ha sido muy usual en la Iglesia Católica.
"Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados", anunció en un vídeo mensaje el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel.
Y continúo: "Con inmensa gratitud por su ejemplo como discípulo del Señor Jesús recomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios Uno e trino".
En el vídeo, grabado en la capilla de la Casa Santa Marta también aparecen el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y el sustituto de la secretaria de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra, y el maestro de ceremonias, Diego Ravelli.
El argentino duró casi 12 años al mando del Vaticano y durante ese tiempo aplicó reformas y rompió muchas barreras que muy pocos se atrevieron a imaginar.
Dijo que los homosexuales son todos hijos de Dios, autorizó la comunión a divorciados y re esposados, integró a las mujeres y laicos en cargos importantes dentro de El Vaticano, logró que tribunales eclesiásticos de las conferencias episcopales dieran una sentencia definitiva contra sacerdotes acusados de abuso sexual y se reunió con líderes de otras religiones.
Todo trajo consigo criticas dentro fuera de la Iglesia. Obispos y cardenales están en su contra pero la popularidad de Francisco goza de gran consenso porque llama la atención no solo de los católicos sino de los ateos y agnósticos y de otras religiones. Él propone un cristianismo que debe estar cerca de quien es débil y marginado.
El 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco se dirigió a la multitud en Roma tras su elección, es que Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en una típica familia de clase media baja, en el barrio de Flores de la Ciudad Buenos Aires, en Argentina.
Hijo de los italianos Mario José Francisco Bergoglio y de Regina María Sivori, de niño aprendió a rezar gracias a la enseñanza de su abuela y de las monjas del Jardín de Infantes del Instituto Nuestra Señora de la Misericordia, lugar donde recibió su primera comunión.
Vivió con sus padres y hermanos en una modesta casa ubicada en Membrillar y realizó sus estudios primarios en la Escuela N° 8 Coronel Pedro Cerviño; el secundario lo hizo en la "Hipólito Yrigoyen", donde obtuvo el título de técnico químico. Cuentan las crónicas que allí el futuro Papa desarrolló sus aficiones deportivas que incluyeron el fútbol y el básquet.
A los 17 años decidió seguir la vocación sacerdotal. A los 22 ingresó en el seminario diocesano de Villa Devoto, que era dirigido en ese tiempo por los sacerdotes jesuitas. Luego decidió unirse a la Compañía de Jesús; fue enviado a Chile en 1960 para realizar el Noviciado. Al año siguiente volvió para continuar sus estudios en Humanidades. Estudió Filosofía y obtuvo la licenciatura en Teología en el Colegio Máximo de San Miguel. Aprendió francés, italiano, alemán, inglés, latín y griego.
La formación que recibió en la Compañía de Jesús lo ayudó a desarrollar un marcado sentido del orden, la austeridad, la humildad y el compromiso con la comunidad y los pobres.
Fue ordenado sacerdote a los 32 años, el 13 de diciembre de 1969, luego de un intenso camino de formación espiritual y en paralelo a un constante desarrollo intelectual y académico. Su primera tarea designada fue como maestro de novicios en Córdoba.
Como docente, además enseñó Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe. En 1966 dictó esas materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.
A los 36 años, el 31 de julio de 1973 fue elegido provincial, cargo que ejerció durante seis años. En 1986 fue designado para ejercer como Director Espiritual y Confesor de la Compañía de Jesús. En estos años conoció a Monseñor Antonio Quarracino, quien queda asombrado por la espiritualidad y profundidad durante el retiro que el joven Bergoglio le predicó.
El Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires el 20 de mayo de 1992. Ese mismo año fue nombrado Vicario Episcopal de Flores, el barrio que lo vio crecer. En 1993 fue nombrado Vicario General de la Arquidiócesis de la Ciudad y en 1997 el Papa lo nombró Arzobispo Coadjutor. El 28 de febrero de 1998 tras la muerte del cardenal Quarracino, asumió la conducción pastoral del Arzobispado de Buenos Aires.
Fue creado Cardenal por el Papa Juan Pablo II, en el Consistorio del 21 de febrero del 2001, con el título de San Roberto Belarmino.
Bergoglio tuvo una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, institución que presidió durante dos períodos consecutivos, de 2005 a 2011. Durante la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en 2003 fue designado Presidente de la Comisión Redactora del Documento Final realizado en la ciudad de Aparecida, Brasil. En esta función se destacó su capacidad de transmitir el pensamiento de la Iglesia Latinoamericana de manera clara y directa.
Tras la renuncia de Benedicto XVI, y durante el cónclave, el 13 de marzo de 2013 Jorge Bergoglio fue elegido Papa. Adoptó el nombre de Francisco y desde su primera aparición emocionó a sus feligreses, a quienes pidió: “Recen por mí”.
Francisco, que había estado ausente en todos los ritos de la Semana Santa al seguir convaleciente tras su hospitalización, apareció este domingo en el balcón de la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi.
Después recorrió la plaza en papamóvil a pesar de sus condiciones de salud en lo que ahora puede considerarse su último adiós a los fieles.
Francisco no había participado en ninguno de los ritos de la Semana Santa debido a que seguía recuperándose tras haber pasado 38 días en el hospital por una neumonía bilateral y haber sido dado de alta el 23 de marzo.
El papa recorrió la plaza de San Pedro en papamóvil durante varios minutos e incluso detuvo el vehículo para bendecir a algunos niños, aunque se le notaba muy ausente y con dificultad en los movimientos.
Fuente: Globovisión, EFE, José Alejo Benítez